jueves, 28 de julio de 2011

Mismo destino, distinta experiencia: 23 al 25 de julio del 2011

Este fin de semana, fui al mismo lugar; sin embargo, fue una experiencia diferente. El sentimiento fue muy diferente. Fui en busca de paz y encontré paz. No importa lo que pase, nadie le puede quitar la belleza a los momentos que regala la naturaleza. Lo único que hay que hacer es detenerse, observar, sentir y disfrutar.

Para que las personas tengan una idea de lo que hablo, esta es la casa en la que estuve:


La entrada

El camino de lastre

Vista al jardín desde  el camino
 Vista al jardín desde la casa

Vista opuesta al jardín


Vista del jardín hacia la mesita de concreto
Vista hacia el jardín  cuando estoy recostada en la mesita de concreto.

Además, estas son las flores que se pueden ver cuando se camina por la propiedad y por los alrededores:

Esta es una enredadera... La vi mientras hacía una corta caminata.

Esta rosa sobresalía. Era imposible no verla en medio de las otras flores. Olía delicioso también




Flor de un día. A esta flor le llaman así porque todos los días tiene flores nuevas. Esta es una foto del 24 de julio en la mañana.

Flor de un día: 24 julio en la mañana
Flor de un día: 24 de julio en la tarde... Ya todas las flores se habían caído...
Flor de un día: 25 de julio en la mañana... Otra vez la planta está llena de flores...


 
La rosa amarilla y un botón. ¡Son super pequeñas pero bellas!

Una rosa amarilla: símbolo de la amistad ¡El más valioso tesoro!

Esta foto me recuerda lo que es la vida. Está llena de momentos. Cuando uno muere, otro nace. Siempre hay esperanza de que habrá siempre cosas buenos momentos. Por eso, debemos disfrutar del momento... Nos hacen felices en el momento y serán los buenos recuerdos del pasado. ¡En todo momento nos harán sonreir!




Diminuta... Pero igual hay que detenerse a verla



 Lo que me maravilló y me hizo detenerme a observar: mariposas y libélulas...

Una mariposa anaranjada, llena de vida... Entre el concreto y la naturaleza... Me gustaron los contrastes

Esta la vi en un momento en el que estaba dormitando. Abrir los ojos y verla fue un instante... ¡esos momentos que son para una!





La mañana del 24 de julio, muchísimas libélulas volaban y hacían contraste perfecto con el cielo celeste celeste... ESta libélula decidió posar en un palo sin ramas ni hojas. Estuvo ahí un gran rato.




En la tarde del 24 de julio esta otra libélula posó en un bambú del jardín...



Esta mariposa... Me encantó desde que la ví... Desde el 23 de julio intenté tomarle una foto... En el momento que me acercaba a más de dos ó tres metro... Ella se iba... ¡No me dejaba tomarle fotos!!!


Por fin, el 25 de julio en la mañana me dejó fotografiarla!!! Se paró en esta hoja de plátano y dejó que le tomara tantas fotos como quisiera... A una distancia de dos metros... ¡no menos!

Esta me hace pensar en que, generalmente, no dejamos que nadie se acerque si no queremos... Sólamente logrará estar cerca y conocernos a quien nosotros se lo permitamos...






Algo que nunca antes me había detenido a observar:  la vista del Cerro Turrubares. Vean el cielo claro con pocas nubes, el imponente cerro a lo lejos, y el contraste de colores de los árboles.






Otra cosa interesante del 24 de julio:


Para almorzar fuimos a la Fiesta del Marisco. Empezó a llover y esta era la vista... ¡Super relajante!!!

En este momento, a penas estaba empezando a llover pero ya estaba fresco

Me gustó el charquito de agua. También, es interesante ver las gotas cuando caen ahí y en el mar.

Los pescadores estaban sacando el agua de la lancha
El atardecer ese mismo día fue espectacular... ¡Ningún atardecer es igual!!

Vista desde el Carao

Vista desde el Carao

Vista desde el Carao







Celajes detrás de la casa

Primeros celajes

Cielo apenas se puso el sol
El 25 de julio, temprano en la mañana, fui a caminar cerca.

¡No tengo idea qué tipo de pájaro es este pero me gustó el canto y el tamañito!

Un pájaro bobo. ¡Lástima que no se puede apreciar los colores tan bonitos que tiene!


Este es el camino cuando venía de regreso.

Esto es lo que me rodeaba en ese momento



¡Este sí es un botijón!


Me gusta ver el contraste del verde de las hojas y las ramas con el celeste del cielo y el blanco de las nubes


¡En fin, fue un fin de semana lleno de regalos de la naturaleza y lleno de tranquilidad!